6 de marzo de 2016

Carpe diem.

Nos ahogan las prisas y el querer sentirlo y vivirlo todo. Tanto, que a veces pasa el tiempo y ni siquiera nos damos cuenta. ¡Pero si ayer estaba yo celebrando año nuevo! Y madre mía, ya falta sólo una semana para el verano. Y claro, pasan los años tan rápido que no nos enteramos si quiera... 

Caminamos cogidos de la mano del móvil cada vez más, sin mirar a nuestro alrededor y sin ver cómo las cosas cambian, cómo el sol alumbra y calienta esas primeras flores de primavera.

Tic, tac, tic, tac. Corre, que el reloj no para y se nos pasa el arroz. No, dejémonos de tonterías y a vivir. Dejemos de centrarnos en lo que nos dicen y disfrutemos del día a día, de cómo cambia el cielo de color conforme pasan las horas, de cómo nuestro sobrino o la hija del vecino crecen a nuestro alrededor y descubren el mundo que los rodean mientras gatean e intentan, sin mucho éxito, decir sus primeras palabras.

Vamos a dejar los móviles un poco de lado mientras andamos por la calle o estamos con amigos o familiares, que quizá mañana estemos solos o no tengamos la oportunidad de volver a ver las maravillas que nos ofrecía el día mientras andábamos distraídos mirando el WhatsApp. 

¡Mira qué sol hace! Disfrútalo y, sobre todo, sonríe :)

Carpe diem.


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