23 de marzo de 2012

Mundo.

No nos engañemos. En esta vida estamos y siempre estaremos solos, sin importar cuánta gente pueda rodearte, quererte o ser importante. Vamos a caer, nos vamos a hundir, y aunque esas personas estén presentes, en realidad el apoyo siempre va a faltar. Siempre vamos a ser solo nosotros; siempre seremos los únicos que nos entendamos, que sepamos cómo curarnos de verdad, cómo levantarnos, cómo afrontar las realidades que nos aplastan día a día.
Pero no sólo están los momentos malos. También en las alegrías estaremos acompañados, pero realmente sin nadie. Habrá demasiada gente, pero sólo tú como persona para verdaderamente comprenderte.
Por eso, ante todo, vive como siempre hayas querido, sin importar qué puedan pensar o decir. Arriésgate, sonríe, tómate tu tiempo donde más lo necesites, corre, respira, siente, respeta, sonríe de nuevo. Ama sin miedo a ser quien eres, sin miedo a darlo todo, porque hasta en esos momentos, estarás solo contigo mismo, con tus caídas y fracasos y, sobre todo, sólo contigo mismo y tus ganas de comerte el mundo.

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