25 de febrero de 2012

Sintiendo.

Perdí la cuenta de las veces que he querido correr y perderme. Pero también perdí la noción del tiempo y la sensatez, la suma de las veces que me he levantado. Tantas noches analizando mi propia vida, para llegar siempre a una conclusión que nunca he aplicado. Tantas lágrimas y tiovivos en mi cabeza para ni siquiera tener en cuenta que lo mejor es dejarse llevar sin pensar en nada... ¿Cuántas veces nos hundimos y nos llevamos por delante lo verdaderamente importante, perjudicandolo? Incontables...
Pero ya es hora de aplicar las cavilaciones, de actuar conforme a lo que saco de conclusión cuando pienso. Valorar lo que se tiene por encima de todo, sin importar el tiempo que puedas poseerlo. Y sentir sus manos sobre las tuyas, agradecer una simple sonrisa y dejarse llevar, como una pluma por el viento. Sin pensar, simplemente sintiendo.

20 de febrero de 2012

Libros.

Hoy me apetece poner fragmentos o simpleas frases de libros que he leído y que me han encantado :)

El Guardián entre el centeno (J.D. Salinger)

"No sé por qué hay que dejar de querer a una persona sólo porque se ha muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo."

En el camino (Jack Kerouac)

"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida, mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas." 

Cumbres borrascosas (Emily Brontë)

"Me provocaba una mezcla tan variada de sensaciones que me hubiera resultado imposible dirigirme a él de forma racional.En primer lugar, su pasmoso parecido con Catherine me lo acercaba a ella de forma sobrecogedora.Pero esto, que podría parecerte el detalle más importante para acaparar mi imaginación, es realmente el más nimio, porque ¿ existe alguna cosa que no la acerque a mí y no me la recuerde? No puedo ni bajar la vista al suelo sin que sus rasgos se dibujen en las baldosas. En cada nube, en cada árbol, colmando el aire nocturno y refulgiendo de día a rachas en cada objeto, me veo continuamente cercado por su imagen. Los rostros más triviales de hombres y mujeres y hasta los propios rasgos de mi cara se burlan de mí, ofreciéndome su parecido. El mundo entero es una atroz colección de testimonios acreditativos de que vivió y de que ya la he perdido."

 ----------------------------------------------------------------------------------------------

"Dijiste que yo te maté ¡persígueme pues! Es verdad que los asesinados persiguen a sus asesinos. Creo… se que ha habido fantasmas que han vagado por la tierra. ¡Estate siempre conmigo…adopta cualquier forma…vuélveme loco! ¡Pero no me dejes en este abismo, donde no puedo encontrarte!"

The host (Stephenie Meyer)

“It's not the face, but the expressions on it. It's not the voice, but what you say. It's not how you look in that body, but the thing you do with it. You are beautiful.” 

(La he puesto en inglés porque así para mí tiene más sentido y es más bonita aún si cabe la comparación entre cuerpo y alma que hace aquí Meyer. Pero aquí va en español jiji ;) :

"No es la cara, si no sus expresiones; no es la voz, sino lo que dices; no es el cuerpo, si no lo que haces con él. Eres preciosa.")




El pensamiento Negativo (Risto Mejide)


"Creer firmemente en que nada dura...te ayuda a hacer que las cosas acaben durando." 

---------------------------------------------------------------------------------------------

"Espabilamos gracias a morder el polvo, comernos los ''yo nunca'', aguantar unos cuantos ''ya te lo dije''. Caerse una y otra vez, para lo cual es indispensable haberse levantado en otras tantas ocasiones."

-----------------------------------------------------------------------------------------------

"Crecer es aprender a despedirse. El día que te das cuenta de que crecer va a significar despedirse de personas, situaciones, emociones, memorias, ilusiones e incluso amigos que se supone iban a estar para toda la vida. El día que ves que crecer significa conocer cada día más gente que ya murió.El día que te das cuenta que te despides mejor que hace un año. Que ya no te sorprende que la gente desaparezca de tu vida. Ese día estás aprendiendo a decir adiós, ese día estás creciendo."

------------------------------------------------------------------------------------------------

"De un simple y puro ''te quiero'' pasas al ''te quiero mucho'', ''te quiero como no he querido antes'',''como nunca querré a nadie'', etc.Y es que ese primer ''te quiero'' se te gastó de tanto usarlo con tanta gente que al final se fue, llevándose cada uno su pedacito de verdad."

Memorias de Idhún (Laura Gallego)

Shail: -¿Por qué no lloras?, ¿acaso no lo echas de menos?
Victoria: -Los muertos no lloran.
Shail: -Pero, Vic, tú no estás muerta.
Victoria: -Tal vez no, pero dime, Shail, ¿se puede vivir con medio corazón?

------------------------------------------------------------------------------------

"Creo que soy más feliz contigo con todo lo que eso implica que sin ti."

-----------------------------------------------------------------------------------

"Lo único que puedo pensar ahora es que quiero verla otra vez. Quiero ver su sonrisa y esos ojos tan increíbles que tiene. Quiero… abrazarla de nuevo y no dejarla marchar nunca más."

-----------------------------------------------------------------------------------

"¿Sin ti? Nunca."






Y eso es todo, aunque podría poner muchiiiiiiiisimos más fragmentos de muchísimos más libros que me he leído, pero otro día, que sino esto se hace demasiado largo :D
¡Espero que os guste!



19 de febrero de 2012

Camino.

Dormir. Sin que nada te moleste, sin que nadie te interrumpa, sin que pensamientos idiotas se cuelen en tu cabeza como moscas. Dormir para evadirte del ruido, del mundo, de la vida, de todo un poco. Sí, a veces sólo queremos huir de todo lo que nos rodea, pero eso no tiene mucho sentido.
Lo mejor es plantarte, decidir qué quieres y cómo lo quieres y por supuesto, conseguirlo. No importa cuánto tardes, siempre va a merecer la pena. ¿Por qué sentir miedo? Lo cierto es que es algo irracional y bastante invebitable: cuando todo va mal o tú lo crees así, todo tu ser se activa en contra y sólo quieres correr y perderte. Pero a pesar de todo, tienes que buscar una salida que esté al alcance de tu mano y que no sea escapar, porque si algo somos aunque a veces ni nos lo creamos, es fuertes. Somos valientes y capaces de enfrentarnos al mundo, aunque nos parezca imposible.
Aunque a veces tengamos esos días en los que lo único que queremos es estar solos, pensar, dormir, pasar completamente de lo que nos rodea -y a la vez, sentirnos más queridos que nunca-, siempre habrá algo por lo que merezca la pena sonreir, siempre habrá otro camino.

14 de febrero de 2012

Oscuridad.

No se trata de levantarse, de estar en todos y cada uno de los buenos momentos, de reírse... es algo más. Es saber afrontar los precipicios, estar en los momentos malos sobre todo, y no de reírse, sino de pintar esas sonrisas. Se trata de caminar rompiendo los relojes que a veces nos encadenan, de dejarse llevar, siendo uno mismo en cada tic-tac. Es saber compensar un día pésimo con uno mil veces mejor, saber enfrentarse a los miedos y, cuando haya tormenta, no huir, sino aprender de los errores y del mal tiempo bailando bajo la lluvia. Es también acertar al evadirse del mundo si sabemos que no podemos con ciertos baches o curvas, pero al menos, no perjudicar a nadie. Es vivir al límite, disfrutando de cada respiración como si fuese la última, de cada rayo de sol como si estuviera atardeciendo. Equivocarse, para así aprender. Caerse, porque sino, nunca sabremos qué significa levantarse. Correr sólo para poder andar lenta sintiendo el camino cuando más te apetezca. La vida es todo eso, y más. Es amistad, es riesgo, son caídas, tropiezos, un tira y afloja en el que puede pasar de todo: ganar... y perder. Pero pese a eso último, la vida es positiva. Vívela, no importa cuántas veces te hundas: siempre habrá alguien dispuesto a sacarte de tus abismos. Y lo más importante, sonríe siempre, sin importar la oscuridad.

8 de febrero de 2012

Diez.

Me encanta escribir, más que nada. Un trozo de papel puede ser para mi la mayor liberación que podáis imaginar. Amo huir del ruido de mi cabeza mezclándome con la tinta de un bolígrafo o el grafito de un lápiz.
Pero tambien me gusta evadirme escuchando música a todo volumen, cantar (o destrozar, como prefiráis) en voz alta y bailar como una loca mientras tanto, sin nada que me moleste ni nadie que me mire para reirse. También adoro acurrucarme en la cama en invierno con tres pares de calcetines si es necesario, andar sin zapatos por toda la casa y en verano, sentir la arena de la playa en la planta de los pies. Libros, otra cosa que también me flipa. Siempre que comienzo a leer me sumerjo de tal manera en las palabras, me meto de tal forma en la historia, que la hago completamente mía. No es la protagonista ni es su vida; soy yo y es la mía.
Dulces, sublimes. No he conocido placer más gratificante que meter una cucharilla dentro del bote de Nutella, comer lacasitos o cualquier tipo de chocolate cuando te apetezca.
Reírse, mi mejor medicina. Soy masoquista, le doy cuatrocientas vueltas a todo y si no tengo problemas, no importa, porque soy pesimista por inercia. Diría que casi bipolar, porque pese a todo lo que a veces me rodea y pese a que a las muchas veces que la cago, si algo he sabido hacer es salir adelante, riéndome. Me encanta burlarme hasta de mi sombra, porque tendré mil defectos, pero soy así y aunque a veces cueste, me acepto tal y como soy.
Las sonrisas mi delirio, y los ojos aún más. Podría pasarme horas mirando unos mismos ojos para descubirir todos los matices que tienen sin aburrirme. También podría pasar horas mirando cómo alguien especial me sonríe, sólo porque soy yo misma, con mi locura siempre a cuestas.
La nieve me derrite: pocas veces he experimentado eso de coger una bola de nieve y moldearla, pero nunca había sido tan feliz como entonces, cuando recuerdas la inocencia de tu infancia al sentirte pequeña de nuevo haciendo muñecos. Y hablando de nieve, los helados, hasta en invierno. Me duelen los dientes, pero hasta eso se me olvida cuando disfruto de uno de ellos.
Me gustan muchas cosas pero sobre todo, que me abracen cuando tengo frío, que me canten aunque no sepan, que me sonrían porque sí, que me cojan de la mano para sentirme de nuevo pequeña, que me susurren un "te quiero" al oído para que solo yo pueda oírlo, que me rocen la espalda o el cuello y los escalofríos me hagan volar, que se pasen horas hablando conmigo de todo y de nada, que me cuenten hasta su más pequeña tonteria, haciéndome sentir importante porque sé que ante todo, cuentan conmigo...
Me gustan muchas cosas, sí, y entre ellas los números impares pero, por irónico que parezca, si hay algo que realmente me encanta, es el seis... y el diez.


7 de febrero de 2012

Sonrisa.

Simplemente, existen. Son aquellos que cuando tienes ganas de dormir, de que todo desaparezca, de que nadie ni nada te moleste, de que no entren más moscas absurdas en tu cabeza... vienen. Te buscan y te encuentran con la misma facilidad con que encontrarían un coche rojo en un desguace lleno de coches completamente negros.
Y con una simple mirada, ya saben qué te pasa. Entonces es cuando verdaderamente te sientes segura, cuando sabes que puedes contar cuatro mil cosas distintas durante horas, que sus oídos nunca van a cansarse y no sabes cómo, al final de todo, saben hacerte sonreir. Si no están cerca, te llaman tan sólo para ver si aún sigues respirando. Y llena y llega mucho que se acuerden de ti, aunque sea para decirte buenas noches.
Cositas como esas hacen que todos los amigos sean especiales, sí. Pero hoy, en concreto, hablo de uno sólo. Mi pequeño guardaespaldas en las fiestas, que me tapa mientras bailamos. Mi compañero de risas, chistes y locuras. También mi compañero de criticoneo, todo sea dicho jajaja.
Sí, él, con sus abrazos, con sus bailes, con las fiestas en su casa, con sus llamadas para decirme que es demasiado pronto para irme a dormir... pero sobre todo, por su amistad: por esos días de luz que me ha dado cuando todo se volvía más oscuro, casi sin saberlo. O por esas llamadas (sí, nos encanta hablar por teléfono) cuando menos lo esperaba, para preguntarme simplemente cómo estoy y subirme el ánimo.
Sí, él, mi pequeño gran amigo. Paco, el que tantísimas veces ha sabido pintarme, cuando más lo necesitaba, mi mejor sonrisa.