23 de septiembre de 2015

Pozo...

Te das cuenta de que has tocado fondo cuando ni siquiera tienes ánimos para mimarte. Cuando no tienes ganas de vestirte con ropas bonitas o incluso conjuntadas. Cuando no tienes ganas de arreglarte ni para ir al trabajo, y cuando lo último que te apetece es sonreír, pese a trabajar en un sitio donde la sonrisa es obligatoria. Te das cuenta de que ya no puedes ir más abajo cuando no te quieres a ti misma... ni a los de alrededor. Cuando todo te molesta, cuando sólo quieres dormir y levantarte y que tu vida sea perfecta, esté todo organizado y puedas vivir tranquila... 
Tocar fondo no es difícil... pero levantarse y seguir sí va a serlo. Es duro verte en el espejo y verte mal. Es muy difícil querer a alguien cuando ni siquiera te soportas a ti misma. Ducharse cada día es un reto enorme, comer bien también, y no hablemos de hacer cosas de provecho. Molesta todo: que el bus se retrase, que la tía que tienes delante esté más delgada, tenga un móvil mejor o simplemente exista, que te pidan un zumo de naranja en el trabajo, que haya donuts deliciosos que no puedes evitar comer, que tengas que andar para llegar a tu casa...
Es tan difícil... Me cuesta levantarme por las mañanas y cuando por fin lo hago, lo hago con desgana y desanimada, pensando que oootra vez tendré que ir al trabajo, que no tengo ganas de ponerme a hacerme el desayuno, ni la comida, ni de limpiar ni poner lavadoras. Que no tengo ganas de hacer la cama, ni de existir. Es muy difícil estar feliz así. Me es imposible... No me veo capaz de estar bien estos días. A decir verdad, me gustaría mucho estar sola. Pero luego lo pienso y se que me aburriría... No sé, quizá sólo necesite escribir hasta reventar. Escribir todo lo que siento, aunque suene triste, mierdoso, quejica, autocompasivo... Me da igual. Necesito ver las cosas con perspectiva e intentar levantarme y salir de este pozo en el que veo que no paro de caer y caer...

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