23 de noviembre de 2011

Navajas.

Y miras a tu alrededor y ves que todo está oscuro, que le falta color. Que a la izquierda hay tormenta. Y a la derecha. Y en todas partes. Y te rodea, y te quema, y te consume, y te traga. Te atrapa y te golpea con la fuerza de un huracán. Y te sientes perdida, mareada. Y pasan los segundos, los minutos, los días... y los meses. Y en cada uno de esos segundos ves que el tiempo es demasiado caprichoso y que parece que jamás te va a dejar escapar, envolviéndote con la furia de las manecillas de un eterno reloj. Y de repente, una explosión. Ya no hay reloj, ya no hay tormenta, ya no hay nada. Solo silencio. Y vacío. Y flotas como si fueras una pluma. Ligera, pero nunca libre. Siempre a manos del viento. Pero ahora, ni siquiera hay viento. Solo soledad. Oscuridad. Negro. Y tratas de encontrar ese punto de luz que prometiste buscar cuando la oscuridad te ahogase. Pero no lo ves. Solo hay precipios. Precipios llenos de afiladas navajas.

4 comentarios:

mario dijo...

Va a ver otra explosion y en ella te vas a quedar sin cabeza como sigas escribiendo estas cosas ¬¬ que son muy tristes =(

Unknown dijo...

jajaja que geme mas chico tengo ^^
Se que son tristes, pero hoy no me ha salido otra cosa.. quizá luego ponga una canción para que esté esto más alegre.. :)

wilma dijo...

Observación: la idea es muy buena, sin embargo creo que usar tantas "y" no es lo mejor...

Unknown dijo...

Mmm creo que sí, están demasiado repetidas.. no sabía si dejarlas o quitarlas, y al final pensé que quizá la repetición le daría más fuerza a todo el concepto...
pero muchas gracias, justo esos comentarios busco! jajaja :D