1 de junio de 2016

Vete.

Tenemos que aprender a dejar ir. Cuando vamos a lo mismo una y otra vez y vemos que no funciona, es mejor dejar ir.
Si sólo nos estamos haciendo daño y estamos constantemente pensando en los "y si", en los "cómo" y en los "por qué", es mejor dejar ir.


Nada es para siempre, aunque esto sea lo típico que se dice en tantos casos. Pero es que tiene razón el dicho. Las cosas, la vida, no son para siempre. El reloj avanza mientras nosotros nos quedamos aferrados a un último baile. Pero la música hace tiempo que dejó de sonar... Déjalo ir.

Vete.

No vivas tu vida pendiente de cosas y gente que no merecen tu atención. Selecciona. Crece. De nuevo: deja ir.

Adiós.

3 comentarios:

Laura Narra dijo...

Bua, segundo post que leo, gallina de piel (lo uso para dar más énfasis al dicho). Me ha ido genial leerte, porque estoy en una situación de no querer dejar ir, soy testaruda... pero debo hacerlo.

Mistress C. dijo...

Enhorabuena por la entrada. Como ya he comentado otras veces, en cuanto te metes en terreno personal eres una máquina de transmitir.

Me ha encantado. Y la reflexión es totalmente cierta. Muchas veces nos aferramos a personas, a recuerdos, y no nos damos cuenta que la vida es muy corta y tenemos que mantener a nuestro lado a las personas que nos hacen realmente felices y no a las que viven de rentas, de momentos en los que significaron.

Sigue así Lily ;) Un besote

Unknown dijo...

Muchísimas gracias de verdad!

Siento haber tardado tanto en responder, pero no estaba al 100% y para escribir por escribir pues tampoco. Me alegra muchísimo que te guste lo que escribo. Tengo unas ganas tremendas de pasarme por tu blog, que lo echo mucho de menos!!

Ya pegan unas tardes de leer blogs sin final! jeje

Un beso enorme!!