13 de marzo de 2016

Trenes.

Dicen que hay trenes que sólo pasan una vez en la vida y que debemos cogerlos porque si no, no volveremos a tener la oportunidad. Es entonces cuando comienzan los agobios, las preguntas, el sumamente irritante "¿y si...?" Es ahí cuando prácticamente todo el mundo parece tener derecho a opinar en tu vida y dicen: "puede que no vuelva a pasar", "yo que tú, lo cogía..." Pero desde fuera es que todo es precioso muchas veces.

Yo creo que tenemos que reflexionar más, poner las cosas en una balanza más a menudo e intentar por todos los medios no dejar que los agobios nos martiricen. Qué fácil suena desde aquí, ¿eh? Pero no, no es fácil. Es difícil. Mucho. Jodidamente complicado. Y si encima tenemos a alguien recordándonos que puede ser la última vez que pasa ese tren, que tenemos que cogerlo, que no sabemos cuándo vendrá otro igual, si es que viene... entonces es cuando queremos dar hostias a diestro y siniestro y gritar que nos dejen en paz. Pero en lugar de ello, dudamos, se nos mezclan en la cabeza todas las frases célebres que alguna vez hemos leído en los azucarillos mientras nos bebíamos un café en una terraza descolorida. Nos vienen a la cabeza también todos los consejos recibidos por parte de nuestros mayores, y también se nos vienen a la cabeza extraños casos desaliñados de gente que perdió el tren y ahora ya se han perdido también a sí mismos.

Sin embargo, pese a que nuestra cabeza parece que es una bomba a punto de estallar, debemos sentarnos solos y reflexionar profundamente sobre las decisiones que vamos a tomar. Hay oportunidades que sólo se presentan una vez en la vida... pero tenemos que tener en mente que, quizá, esa vida, ese momento en el que han llegado, no era el momento. Porque siempre habrá una frase o dicho popular que contradiga, en algún sentido, a otro. Y en este caso, yo digo que cada cosa tiene su momento, y que a veces hay que dejarse de preguntas filosóficas que sabemos que no tendrán respuesta en ese preciso instante, y dejar que el tren se vaya y corra y vuelva, o no.

Nosotros somos más importantes que esos trenes. Nuestra salud, nuestra vida entera. Yo casi siempre tomo riesgos, casi siempre. Cada vez que llegaba un tren que no esperaba, aunque no tuviera ganas de cogerlo al 100%, me subía. Lo cogía porque "es experiencia, dinero, trabajo..." Pero dejaba de escogerme a mí misma, a mis amigos, a mi familia. Lo dejaba en parte todo de lado, porque era el tren. O eso creí unas cuantas veces. Por eso, aunque he tenido ofertas y oportunidades en muchos aspectos estas últimas semanas, he decidido no coger ninguna más, de momento. He decidido crear yo misma mi propio tren para que, el día que me suba, aunque el "¿y si...?" me persiga, al menos me persiga sobre cosas que sabré casi a ciencia cierta, porque yo misma las habré construido. 

Así que lánzate a coger trenes si de verdad sientes que tienes que hacerlo, aunque alguna duda tengas, pero nunca los cojas por agobios o presiones externas. Deja la frase "puede que no vuelva a pasar" y concéntrate en la de que "cada cosa tiene su momento". Si consideras que no estás en el momento adecuado, entonces déjalo ir. 

2 comentarios:

Mistress C. dijo...

Completamente de acuerdo contigo. Debemos tomar las decisiones porque estamos convencidas de que es lo que queremos nosotras y no dejarnos llevar por la visión de otras personas por muy cercanas que sean.

Gran entrada!! Un besazo

Unknown dijo...

Ay me alegra un montón que te haya gustado tanto!! Y sí, totalmente, tenemos que centrarnos en nosotros mismos y en lo que de verdad queremos y necesitamos.

P.D. Siento responder ahora, es que no me avisa el blog cuando me añaden comentarios!

Un besote guapa!!