18 de enero de 2012

Aquel 28... :)

No sé qué escribirte, porque no quiero que sea la típica entrada bonita o seria... Así que empezaré por lo más simple: un 28 de diciembre (los Santos Inocentes) en el que la ironía decidió reírse en mi cara y el miedo dejar libre el camino. Un día en el que rompiste mis esquemas, me dejaste sin argumentos y sin palabras (cosa difícil, ya sabes). Un día especial que cada vez que recuerdo, no puedo evitar sonreír. Porque como te he dicho mil veces, entraste poquito a poco en mi vida y cuando menos me lo esperaba, te eché de menos y me dio miedo, porque eras mi amigo. Y lo que menos quería era sentir algo, o ser débil, que era como yo lo veía entonces. Si a algo tenía verdadero pánico era a que pasara algo y a perderte, como ya sabes.
Pero no sólo te colaste casi sin querer, sino que desde aquel día de los inocentes (mi día jaja) has estado aún más cerca, con miles de detalles y cosas con las que te has ido haciendo cada vez un hueco mayor, con las que has ido consiguiendo que yo, la cosa más insegura del mundo, se sienta confiada, segura y no tenga miedo a cada paso que da. 
Así que no cambies nunca, Fabi :)

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