22 de enero de 2012

Sueños.

Quizá hay veces en que son muchas cosas las que nos agobian, las que nos apalastan, nos explotan... El ser humano es demasiado egoista como para darse cuenta de que lo mejor es superar los baches, saltar los precipicios, levantarse y salir del barro por muy hundido que esté... y lo único que hace es dejarse caer más profundo aún, arrastrando con él muchas veces a personas que lo único que han buscado siempre es ayudar, hacerle sonreír. Y no sólo las arrastra, sino que también las agobia, las aplasta y las explota; las hace sentir como él se siente tan sólo porque necesita compasión, sentirse querido, porque quizá lo que más siente es miedo de la propia soledad.
Pero además de egoísta, el ser humano también es capaz de darse cuenta de que a veces, esos comportamientos cansan; de comprender que quizá está echando a quien tenía cerca por ser como es; el ser humano también es capaz de arrepentirse y cambiar. Porque sabe que aunque haya mil motivos para estar mal, no debe priorizar los problemas, sino que debe superarlos poco a poco, siempre con una sonrisa en la cara. Entiende perfectamente que si quiere mantener lo que realmente hace que camine bien, sin miedo, debe ser él mismo, dejando los baches atrás.
El ser humano es egoísta y mezquino muchas veces, pero también es increíble y sabe reconocer sus errores. Lo que hace que sea único y especial. Además, si algo es capaz de hacer, es disfrutar del simple placer de una sonrisa, del sabor de una lágrima y de correr sin parar para no perder lo que quiere, siempre detrás de sus sueños.

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